La edad adulta del pop adolescente
Son demasiado jóvenes para tomarse una cerveza o pulirse su fortuna en el casino. Pero eso no les impide llenar estadios de «fans» que corean sus canciones a grito pelado. La celebración mañana en Madrid del U18, un festival para menores, confirma la pujanza del «teen rock».
Gonzalo Suárez - Madrid Nada de sexo, ni de drogas, pero sí mucho rock and roll. Para horror de Keith Richards, esa es la receta de uno de los festivales más rompedores del verano: el U18. Por un día, los menores de edad no necesitarán un carné falso para entrar en el concierto de su grupo favorito: se trata de un certamen para chavales de 14 a 17 años. Eso sí, será una versión «light» del típico festival: no habrá alcohol ni tabaco y los conciertos acabarán a las once, a tiempo de que sus padres les recojan a la puerta. La celebración del U18 será la reválida española del «teen rock»: una de las tendencias más pujantes del mundillo pop. De Tokio Hotel a Paramore pasando por Tiny Masters of Today, más y más grupos arrasan antes de pegar el estirón. Y sus «fans» son igualmente jóvenes: miles de adolescentes abarrotarán el Palacio de los Deportes para escuchar a capitostes del movimiento como Simple Plan, Panic at the Disco o No Way Out. Hasta hace poco, los grupos adolescentes solían limitarse al pop dulzón a lo Enrique y Ana. Ahora se apuntan al rock sin complejos: guitarras distorsionadas, melenas al viento y estribillos a voz en grito. «Hubo una época en que llamábamos jóvenes a grupos de 28 años», dice Borja Prieto, director de contenidos de la red social MySpace. «Es genial que la situación haya cambiado. Los grupos ?teen ?tienen un punto excitado y amateur que se pierde cuando maduran». Los tatarabuelos del «teen rock» son los británicos Arctic Monkeys. Hace un lustro que comenzaron a dar conciertos por el norte de Inglaterra antes de cumplir la mayoría de edad. Cuando uno de sus «fans» colgó su maqueta en MySpace, el boca a boca hizo de ellos el grupo del momento. Y su primer disco se convirtió en el más exitoso de un grupo novel, por encima de Oasis y los Beatles. Su triunfo ha inspirado a miles de bandas a encerrarse en el garaje. Ellos demostraron que Internet basta para convertir a unos jovenzuelos en estrellas. Hasta entonces, lanzar un grupo era agotador: gastarte una pasta en maquetas, enviarlas a fanzines de ínfima tirada, patearte locales para conseguir actuaciones? «Y un contrato era un sueño al alcance de muy pocos», explica Iván Ganchegui, ex integrante de El Canto del Loco y organizador del U18. Nativos digitales Desde entonces, las reglas han cambiado. Cualquiera puede grabar una maqueta de calidad por cuatro duros. Luego, las nuevas tecnologías te permiten difundirla de forma gratuita. Así que si tienen talento y ganas de promocionarse, el éxito está en sus manos. «Los adolescentes son nativos de la era digital que exprimen al máximo las nuevas tecnologías», subraya Prieto. Estos cambios han permitido la aparición de grupos como Tiny Masters of Today, formado por Ivan, de 14 años, y Ada, de 12. Estrellas como David Bowie o los Flaming Lips se han rendido a los encantos de su rock minimalista a lo White Stripes. Ahora recorren todo el mundo... siempre que sus obligaciones escolares se lo permitan. «En su camerino pidieron que hubiera Colacao y nada de alcohol», explica la promotora que les trajo a Madrid en febrero. Aún más exitosos son los alemanes Tokio Hotel, que ya han superado la liga «teen rock» para convertirse en estrellas de pleno derecho. A sus 18 años, Bill Kaulitz lidera una «boy band» con una estética entre lo gótico y lo punk. Toquen donde toquen, les persigue una horda de chavales que calcan sus atuendos hasta el último toque de rímel, como ocurrió hace unos días en el Rock in Rio. Ese es otro de los secretos del éxito del «teen rock»: si los artistas son jóvenes, sus seguidores aún más. Y las discográficas han visto en ellos un filón para paliar su crisis. Mientras los veinteañeros se bajan la música de Internet, los más jóvenes siguen dejándose la paga en discos físicos. «Están entre los consumidores que menos piratean, porque se implican de manera personal: quieren tener los CDs de su grupo, llevar las camisetas, ir a los conciertos?», señala un empleado de Universal, la discográfica de grupos como Paramore, No Way Out o Simple Plan. «Por eso, todas las discográficas están fichando grupos con gancho entre los adolestences».Así que la fiebre no ha hecho más que comenzar. Tal es la efervescencia de la escena que resulta imposible seguirle la pista si no te pasas la vida colgado de Internet. De todas formas, ahí van unas cuantas pistas: el «indie» guitarrero de Cajun Dance Party, las filigranas poperas de Poppy and The Jezebels o los irresistibles estribillos de Care Bears on Fire. Todos ellos, claro está, regalan su música a través de Internet. ¿Y en España? Vamos un poco rezagados, pero el fenómeno comienza a dar señales de vida. Uno de las sensaciones de la escena «indie» del 2007 fue Prin?Lalá, un grupo formado por tres chicas de 8, 14 y 22 años. Y últimamente ha arrasado Porta, un rapero de 19 que logró un contrato con Universal tras arrasar en MySpace con sus maquetas. Si el U18 concluye con el éxito previsto, la tendencia estará clara: España es la última escala de la fiebre «teen rock». próximas estrellas Los estadounidenses Paramore, liderados por la carismática cantante Hayley Williams, lo tienen todo para arrasar. triunfadores Tokio Hotel, liderados por el andrógino cantante Bill Kaulitz, llevaron el «fenómeno fan» al Rock in Rio
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